En el día más frío del año venía el Sevilla con la intención de meterse, por qué no, en la lucha por el título de Liga. Enfrente un Madrid con rotaciones y Khedira y Arbeloa como beneficiados. Sin embargo no sería de este defensa del que se hablaría en los primeros compases; Ramos se retira lesionado en el minuto 9 y Nacho asume galones. Toca demostrar -y lo hizo- por qué es el comodín de lujo de la última línea blanca. El cambio no fue por culpa de ningún lance del partido aunque no habría extrañado, pues Vitolo y Mbia parecían tener tanta hambre de balón como de amarilla en vista de sus duras entradas. El Sevilla daría más guerra que leña y el Madrid, quien lo iba a decir tras su incansable asedio sobre la portería andaluza, buscaría una y otra vez en el neón el minuto 90.